Océano del ser

Siempre es posible reconocer de manera directa la naturaleza real de uno mismo. Lo naturalmente obvio no necesita palabras ni rodeos o explicaciones. ¿Cómo explicar la presencia del sol si nos deslumbra con solo mirarlo? Así es la presencia del ser. Deslumbra de verdad, en su verdad presente, silenciosa, en ese espacio abierto donde toda manifestación o acontecer es acogido. Pues el vacío acoge, abraza todo sin distinción, al igual que toda el agua del mar es acogida por el océano en su pacífica inmensidad. En este instante reconoces tu naturaleza real, el océano del ser, la verdad, lo que siempre ha sido, es y será.

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